domingo, 21 de febrero de 2021

LAS CREENCIAS EN EL CENTRO DEL PODER

 CAPITULO II:

WILLIAM PENN (1644-1718)

 

William Penn

Desde chico este personaje me fascinó. Era hijo de un noble, militar, adinerado y muy bien acomodado con la monarquía. El padre de William Penn, de igual nombre, era amigo personal de Carlos II, el rey de Inglaterra. Participó como Almirante de la guerra civil inglesa y de la guerra con Holanda. Además de sus honorarios como comandante, el Almirante Penn le prestó dinero al rey para mantener las guerras. William hijo, sin embargo era un personaje indómito y rebelde para los estándares monárquicos de la época. Muchas veces detenido en la Torre de Londres, su padre lo sacaba, a veces, bajo fianza. Lo mandó a recorrer Europa, Francia e Italia en particular, para que se sosiegue y recapacite y gane experiencia. El viajo tuvo el efecto contrario: quedó impresionado por el nivel de desigualdad que imperaba en el continente: espléndidos palacios y grandes multitudes inmersos en el hambre y la miseria. Se hizo más crítico aún de la realidad del momento.

William se unió a la "Sociedad Religiosa de Amigos", más conocidos como los cuáqueros. Una agrupación "light" como su nombre alude, Penn y los suyos promovían ideas de tolerancia religiosa, libertad de expresión y otras nimiedades siglos avanzadas para su tiempo. A pesar de no ser del agrado del rey, éste respetó la deuda contraída aun después de la muerte del Almirante. Y como el pago en efectivo o valores corrientes era muy difícil para un estado en quiebra como era Inglaterra en esos años, a Penn se le ocurrió pedir tierras en las nuevas colonias de América. Esto le vino de maravillas al rey Carlos II: nada como pagar deuda con tierras ajenas. Y si el proyecto de Penn incluía trasladar a los molestos cuáqueros lejos de Inglaterra, mejor. Con este arreglo, William Penn pasó, en los papeles, a ser el mayor terrateniente de todo el imperio. Las tierras "al oeste del río Delaware" era una extensión enorme que entraba profundamente en terrenos aun inhabitados por europeo alguno.

            Penn arribó con una variada comitiva a las costas de su recién adquirido reino, pero su cosmovisión le aclaraba que las tierras otorgadas por el rey tenían sus legítimos dueños. Así que lejos de hacerse el prepotente como sus coterráneos, buscó charlar con los líderes nativos y le ofreció comprar las tierras que estaba por utilizar. Esta buena relación con los nativos duró el tiempo en que Penn estuvo al frente de su emprendimiento. Como las tierras eran interminables bosques, el pensó bautizarlas "Sylvania" en referencia al término griego que significa justamente "bosques". Carlos II le hizo saber que la entrega de las tierras era un compromiso asumido con su padre, el Almirante William Penn y que por lo tanto el lugar debía llevar su nombre. La conclusión fue bautizar el lugar "Pennsylvania" o "bosques de Penn", denominación que perdura hasta hoy.

            El proyecto personal de Penn a su arribo era fundar una ciudad modelo, un experimento de tolerancia social y convivencia como no existía en ninguna parte del mundo. Eligió cuidadosamente el lugar, entre dos ríos, y con sus colaboradores, grandes urbanistas de la época y con ideas de avanzada, diagramó la ciudad soñada. Y la llamó "Filadelfia", el amor entre hermanos. Nada más altruista e útopico a la vez: empezar de cero, en un lugar virgen y dotarlo de la más absoluta libertad de ideas, de creencias y de expresión. La ciudad carecía de los oscuros pasajes y pasadizos de la Londres que dejaban atrás, donde se cometían los crímenes y vejámenes tan populares en la capital del imperio. Avenidas arboladas, calles anchas y plazas eran la característica del trazado y que forman el casco histórico de la actual ciudad.

            Penn no solo era un pintoresco, era un autor que supo plasmar sus ideas en conceptos, manifiestos, libros y demás. Es un fundador importante, no solo por generar un ámbito muy amplio de tolerancia que explica la existencia hoy en ese territorio de todo tipo de expresión religiosa y cultural, sino por ser el precursor de la idea de unidad entre las colonias, totalmente inconexas entre ellas en su tiempo, que luego derivaría en los Estados Unidos.

            Penn nació anglicano, bautizado por sus padres y educado en ambientes religiosos oficiales. Tenía por delante una vida cómoda con todos los favores de la corte, un rey amigo personal de su padre y muy pendiente de su futuro. El pasto hachado, como decimos aquí. Pero por algún motivo se hizo sensible a la injusticia, a la desigualdad. De adulto reniega de la religión oficial por su intolerancia y, como dije, se une a los cuáqueros, grupo notable por su tolerancia hacia otras corrientes de pensamiento. Sus actividades, principalmente sus panfletos y publicaciones, críticas de la religión oficial y de todas las demás, salvo los cuáqueros, le significaron caer preso varias veces. Y sobrevivió ileso gracias a la posición de su padre. Y la aventura americana era la manera de cumplir su sueño sin romper con la metrópoli.

            Formado en Oxford, entre otras instituciones, él gozaba de la condición de "caballero" (Cavalier), el grupo más selecto de alumnos. Formado por anglicanos, podían burlarse de sus colegas minoritarios como los puritanos y los cuáqueros. Pero Penn encontraba esas prácticas ofensivas y reñidas con su moral y así fue que decide unirse a éstos últimos. En su recorrido por Europa, visita París en pleno apogeo de Luis XIV. Reconoce la cultura francesa de la época mucho más refinada que las toscas costumbres de sus compatriotas, pero se indigna ante tanto lujo que observa en medio de la miseria general. Todas estas vivencias irán transformando su sentido común hasta desembocar en el idealista que logra plasmar su sueño en una enorme extensión de tierra virgen para la visión europea, pero que él intenta conciliar con los locales en busca de una sociedad nueva y superadora.

Plano original de Filadelfia de 1683

            En Filadelfia, la pena de muerte se aplicaba solo para 2 crímenes: asesinato y traición. A diferencia de la madre patria donde más de 200 delitos eran merecedor de ese castigo. Las cárceles eran humanas, verdaderos centros de rehabilitación y reinserción mediante trabajos organizados. Pero no todo era ideal ni se cumplió todo lo proyectado, más que nada porque sus numerosos acompañantes no compartían de igual manera esta avanzada visión. Luego de la fundación y organización de Filadelfia, tuvo que regresar a Inglaterra para resolver en tribunales una disputa con el propietario de la colonia vecina, Lord Delaware. Eso lo mantuvo en el continente europeo largos años. Filadelfia fue fundada en 1681, Penn volvió a Europa en 1684 y regresó ya para establecerse definitivamente en Pennsylvania en 1699. Para entonces la colonia tenía 18000 residentes, Filadelfia 3000 habitantes, llena de comercios, industrias, escuelas. Un centro cosmopolita donde se podía conseguir todo tipo de productos importados, tanto materiales como conceptuales. Se alcanzó un nivel de alfabetización única en entre las colonias y se convirtió en un polo cultural, descollando en ciencias y medicina.  En la región se instalaron todas las religiones minoritarias y perseguidas en Europa: aparte de los cuáqueros de Londres, ahí llegaron los Huguenots, menonitas, los amish, católicos, luteranos y judíos procedentes de Inglaterra, Francia, Holanda, Alemania, Suecia, Finlandia, Irlanda y Gales.

Los Amish hasta el día
de hoy pueden practicar sus
 tradiciones en Pennsylvania

            Por esta razón, entre otras, Filadelfia fue elegida la capital de la nueva nación, los Estados Unidos, cuando se declaró la independencia en 1776. Y el lugar elegido para discutir y redactar la Constitución en 1887-88.

        
   
Esto es, de manera muy resumida, un pantallazo de los que fue una experiencia única dentro del proceso colonial que un siglo después daría origen a los Estados Unidos. Y aunque resumido en extremos, me parece indispensable para explicar el surgimiento de nuevas y creativas religiones en los hoy Estados Unidos. Es importante tener en cuenta la fundación de Pennsylvania y el personaje que instrumentó este hecho que fue el mayor experimento social de su época: William Penn.


domingo, 7 de febrero de 2021

LAS CREENCIAS EN EL CENTRO DEL PODER

CAPITULO 1

Los primeros inmigrantes. Los Puritanos, Roger Williams y Anne Hutchinson.

            Para la gran mayoría de los alumnos de escuelas primarias de Estados Unidos -hacemos la excepción de los alumnos de Virginia y quizás de Delaware-, la historia de los primeros asentamientos europeos en la actual geografía del país empieza en la bahía de Massachusetts. Ahí llegaron los primeros peregrinos "en busca de libertad", en particular, buscando libertad para practicar su fe ya que en Inglaterra estaban siendo perseguidos por un Estado que imponía una religión oficial. Y este relato es asimilado por los jóvenes alumnos, entre los que yo circunstancialmente me incluía, allá por la década del 60 del siglo pasado.

            Pero en esta nueva colonia en territorio americano no había libertad de fe, tal como la entendemos hoy y se quiere hacer creer mediante estas enseñanzas. Los nuevos poblados formados por los asentamientos de Plymouth, Salem y Boston, fundados entre 1620 y 1630, fueron los primeros asentamientos permanentes que se consolidaron en esta región. Y a fin de ilustrar nuestro relato, solo mencionaré que ya desde 1607 existía la ciudad de Jamestown, en Virginia, mucho más al sur, fundada con fines puramente económicos. Ahí se buscaba tierras para cultivar y para actividades extractivas con el fin de comercializarlas en Europa. Y este asentamiento es el verdadero origen de la historia de Estados Unidos pero motivado por razones menos románticas y por eso sólo forma parte de la curricula en las escuelas de ese estado -Virginia- y muy poco más.

            Volviendo a la región de Nueva Inglaterra, donde se ubica nuestra historia de los peregrinos: para entender lo que ahí pasa en términos de fe, debemos retroceder en la historia un poco más de un siglo. Y aquí me propongo resumir a lo carnicero los tumultuosos eventos del siglo XVI en Europa. Algo de esto mencioné en la Introducción de este libro cuando hice la comparación de los procesos colonizadores españoles y portugueses con los del norte de Europa, principalmente ingleses y holandeses. Pero aquí intentaré un muy breve repaso de lo ocurrido con las peripecias de la fe de forma cronológica.

            En 1516 se produce la gran reforma luterana y surgen los protestantes, que rompen con Roma y el Papa. Los protestantes, veremos más adelante, no se convierten en una sola religión sino en muchas y diversas que serán temas a tratar en este estudio, pero no ahora. Enrique VIII, rey de Inglaterra desde 1509, ante los movimientos reformistas que rápidamente crecen en Europa, se declara partidario del Papa y mantiene el catolicismo como religión oficial en su reino. De su primer estratégico matrimonio con Catalina de Aragón, hija del poderoso Carlos V de España y luego de muchos intentos frustrados, tiene una única hija y para colmo mujer: María. Desesperado por un hijo varón, decide pedir al Papa Clemente VII la anulación de su matrimonio. El Papa no le concede su deseo y entonces rompe con Roma y funda su propia religión: la Religión Anglicana (Church of England). Esta ruptura se produce entre 1532 y 1534, luego de un proceso parlamentario. Destaco que las diferencias con Roma eran principalmente personales, pero también económicas y políticas. Enrique no tenía conflictos de doctrina, así que la nueva iglesia no tenía diferencias dogmáticas con el catolicismo y por lo tanto no se consideraba protestante.

            Este reforma logra su cometido: se anula su matrimonio con Catalina y se casa con Ana Bolena, hermana de la asistente de Catalina, María Bolena, que había sido amante de Enrique por años. Ana tampoco le puede dar un hijo varón, solo una hija llamada Isabel. Degollada Ana por infiel, se casa con Jane Seymour que sí logra darle un hijo varón: Eduardo. Pero lamentablemente fallece durante el parto. Aquí terminaremos la historia de los casamientos de Enrique y nos concentraremos en los hijos: María, Isabel y Eduardo.

            A la muerte de Enrique, lo sucede su hijo varón Eduardo, que se convertirá en el rey Eduardo VI. Asume en 1547 con apenas 9 años y fallecerá en 1553, plena adolescencia. Durante su reinado, una regencia debida a su inmadurez, se vuelca la iglesia anglicana hacia el protestantismo, abrazando las ideas de la Reforma. Pero su temprana muerte pone en el trono a María, la hija de Catalina y nieta de Carlos V de España que realiza un cambio radical regresando al catolicismo, intentando revertir por completo la ruptura de Enrique. Esto genera mucha resistencia en sectores de la nobleza y terratenientes ingleses que se beneficiaron de la ruptura con Roma adquiriendo grandes extensiones de tierras que pertenecían a las parroquias católicas. Pero el reinado de María sería más breve aún que la de su medio hermano Eduardo, muriendo en 1558. La sucede Isabel, que se convertiría en Isabel de Tudor, o Isabel I. Ella sí tuvo un reinado largo de 44 años en las que nunca se casó, adquiriendo el nombre de la "reina virgen". Ella estableció un acuerdo (settlement) respecto de la iglesia anglicana que promediaba los distintos puntos de vista, incorporando ideas reformistas con costumbres católicas y algunas pinceladas originales al dogma de la religión oficial. Y aquí empezamos a retornar a nuestra historia original.

            Sectores de la comunidad que se consideraban fieles a la iglesia de Inglaterra estaban en desacuerdo con alguno de los cambios introducidos por Isabel y pretendían un dogma más "puro" dentro del anglicanismo. Estos grupos que se llamaron "puritanos" pasaron a ser molestos para las autoridades y en consecuencia fueron perseguidos. Y entonces, para 1608, deciden trasladarse a Holanda, donde existía plena libertad de fe y tolerancia.

            Paralelamente a este movimiento habían surgido otras ideas. Entre ellas un sacerdote anglicano llamado John Smyth (1554-1612) que también entra en conflicto con la Iglesia Anglicana, pero lejos de querer purificarla, la considera corrupta e insalvable. Así que rompe con ella y también se traslada a Holanda unos años antes que los puritanos, aproximadamente en 1604. Ahí funda lo que hoy conocemos como la Iglesia Bautista, que se convertiría en la principal vertiente protestante del mundo y segunda congregación en número de los Estados Unidos actuales, solo superada por los católicos.  

          

El Mayflower arribando a Plymouth en 1620
con 105 inmigrantes y 30 marineros

 
Los puritanos de Holanda gozaban de total libertad. Tanto es así que era demasiada libertad para sus gustos. Para 1620 sus hijos ya hablaban holandés, se habían integrado a la sociedad y empezaban a adoptar ideas distintas a la de sus padres. Y en ese contexto se produce la decisión de dejar Holanda y trasladar su comunidad al nuevo continente. Se produce el regenteo del barco Mayflower y toda la saga de la llegada a lo que hoy es Massachusetts. Y entre esos primeros contingentes llegaron tanto puritanos, que se consideraban una interna de la Iglesia Anglicana pero fieles a ella, y grupos de separatistas, entre ellos muchos seguidores de Smyth, los bautistas.

            Para 1630 llega a la colonia John Winthrop, un sacerdote, escritor, intelectual y dirigente político que se establece en Boston. Y es un entusiasta promotor de la llegada de grandes contingentes de inmigrantes y finalmente es elegido en 1634 Gobernador de la Colonia de la Bahía de Massachusetts. Él acuña el término "City on a Hill" -la cuidad de la colina- que pasó a ser parte de la liturgia yankee y usado por muchos políticos, en tiempos recientes Reagan y Mit Romney, y que significa que Boston es el faro que todos miran y que de su éxito saldrá el nuevo orden mundial basado en valores distintos a la opresión y desigualdad reinante en el viejo continente. Y para los cánones actuales, su concepto de comunidad por sobre el individuo puede sonar atractivo para el progresismo, pero no es tan así en este caso. La comunidad a la que se refiere Winthrop es una comunidad religiosa. Él impone el puritanismo como aglutinante de su proyecto comunitario y es el individuo el que se tiene que adaptar a estos patrones y paradigmas. Nada de libertad religiosa. Y en ese contexto presente durante sus 12 años como gobernador, entra en conflicto con los separatistas, los libre pensadores y todo crítico de los rígidos códigos puritanos.

 

Roger Williams:  (1602-1683)

 

Roger Williams
        En 1631 llega a Boston un sacerdote bautista llamado Roger Williams. Formado en Cambridge, un erudito bien preparado, primero se hizo puritano pero al tiempo rompe con la iglesia oficial y sigue las enseñanzas bautistas de John Smyth. Mencionemos que la característica sobresaliente de este movimiento protestante es el bautismo de adultos creyentes. Los bautistas no practican ni creen en el bautismo de infantes, tan popular entre el catolicismo y otras vertientes protestantes. Sólo bautizan a los convencidos de creer en lo que se embarcan al bautizarse.

            A Williams se le ofrece hacerse cargo de la Iglesia de Boston, cuyo titular había regresado a Inglaterra. Pero no acepta el cargo al no ser una iglesia separatista. La iglesia de la vecina ciudad pesquera de Salem le ofrece también el cargo de titular de su iglesia pero es tan grande la presión de las autoridades de Boston que retiran el ofrecimiento. Finalmente, el pueblo de Plymouth, al sur de Boston y el primer asentamiento con la llegada del Mayflower, le ofrece el cargo, habiendo ahí muchos separatistas junto con los puritanos. Pero esto dura hasta que Winthrop asume como gobernador y comienza a oficializar la persecución de disidentes.

            Ante esta situación, Williams es expulsado de la colonia y se traslada al sur, hasta el hoy estado de Rhode Island donde funda una plantación llamada Providence, hoy convertida en la ciudad capital del estado. Y lo hace en nombre de la total libertad de fe, libertad de conciencia como él la llama. Además, no cree en las concesiones reales que provienen de Inglaterra. El rey no puede disponer y entregar tierras que tienen dueños legítimos. Así que establece un trato cordial con los nativos, les compra la tierra que ocupará y en ningún caso los convierte al cristianismo. También fue el primer abolicionista en esas tierras: prohíbe la esclavitud y libera a los esclavos traídos en barcos españoles y portugueses dentro de su zona de influencia. Un adelantado a su época.

Williams arribando a Rhode Island

            Williams funda en Rhode Island la Primera Iglesia Bautista. Y si bien hoy cada comunidad tiene su Primera Iglesia Bautista, la fundada por Williams era literalmente la primera en hoy los Estados Unidos. Las congregaciones bautistas son autónomas entre ellas. No hay un poder central ni el equivalente a un Papa. Cada parroquia tiene sus sacerdotes y su diácono, hoy algunos se llaman obispos, pero no responden a una autoridad central. Y la comunión con Dios es una experiencia individual. Williams creía que las iglesias de su época estaban perdidas, se habían apartado del camino correcto y que Jesús iba a llegar en algún momento a poner las cosas en orden. Y que previo a su llegada iba a mandar mensajeros que irían señalando el camino. Esta visión sería aprovechada 200 años después para que aventureros como John Smith y muchos otros del siglo XIX reclamen tener el auténtico mensaje de salvación, tema que profundizaremos en detalle en capítulos venideros.

 

Anne Hutchinson: (1591-1643)

Anne Hutchinson

            Este personaje notable había nacido en Inglaterra y recibido una muy buena formación a pesar de su condición de mujer. Hija de un clérigo anglicano de apellido Marbury, que era además maestro de escuela, tuvo en su padre un instructor de fuste. Se hizo puritana y se casó con un amigo del pueblo, William Hutchinson. En 1633 la pareja se traslada al nuevo puerto de Boston, en América. Ahí se establecen y ella se dedica a la profesión de partera. Muy apreciada por las vecinas, comienza a comentar los sermones dominicales con sus amigas y luego a promover el estudio de la Biblia en su casa. Pronto se transforma en una persona influyente en la comunidad. Y al poco tiempo entra en conflicto con las autoridades de la iglesia, donde no ven con buenos ojos que una mujer enseñe o interprete la Biblia y promueva su estudio por fuera de la iglesia formal. Esta discriminación no era solo un capricho de las autoridades de esa época, sino una instrucción clara de la Biblia: "Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio". [1]

            Ahora, Hutchinson tenía fuertes influencias calvinistas. Y los calvinistas creían en dos conceptos fundamentales: la predestinación y los electos. La salvación en el juicio final corresponderá a unos pocos electos y esto está predestinado desde el inicio de los tiempos. Por lo tanto, uno no se salva por las buenas acciones y su desempeño en la vida, sino que ya está predeterminado a la salvación. Y, contradictoriamente, los calvinistas pasaron a ser los más estrictos cumplidores de la fe y las normas, en, supongo, algún intento de demostrar a sus pares que ellos son los elegidos. Y estos conceptos entraron en colisión con las enseñanzas de las autoridades religiosas de las colonias que estaban enseñando que la salvación era resultado del trabajo. Había que cumplir con una serie de acciones y tareas muy específicas para alcanzar la salvación. Ahora, Anne (with a "e"), siguiendo el rígido dogma calvinista, creía en la "free grace" o gracia libre, donde uno ya está salvado desde antes de nacer y nada de lo que uno haga en esta vida alterará esa condición. No se requiere ir a misa, ni cumplir con ritos o reglas específicas.

            Ahora, la Biblia también habla de "dones espirituales" concedidos a ciertas personas. Y Anne Hutchinson convenció a sus seguidores que su "don espiritual" era poder "ver" y distinguir a los electos. A esos que el destino predeterminó a ser salvados. Y como ella era un personaje muy carismático y tenía muchos seguidores, este "don" podía ser muy peligroso para las autoridades de la época. Esta particular habilidad que ella reclama para sí misma ya fue la gota que rebasó el vaso: hereje, mujer y encima con una habilidad que pone en riesgo lo establecido en la colonia. No sea cosa que diga que las autoridades religiosas no están entre los elegidos y por lo tanto no hay que llevarles el apunte.

Juicio a Anne Hutchinson
Noviembre 1637

            Su desafío al status quo le significó un juicio civil en noviembre de 1637. Encontrada culpable, se le ordena detención domiciliaria, pero no en su propia casa sino en un lugar designado, y dándole un plazo, cuando pase el invierno, para abandonar la colonia. Este proceso judicial es todo una novela en sí mismo y algún día me gustaría comentar específicamente sobre eso. El 15 de marzo del año siguiente, luego de 4 meses detenida, arranca el juicio canónico en la iglesia de Boston. Para entonces, su marido y todos los hijos menos uno ya se habían trasladado a Providence, el santuario de tolerancia fundado por Roger Williams, para preparar su llegada. El único miembro de la familia que quedó a acompañarla durante este juicio fue su hijo mayor Eduardo con toda su familia, mujer, hijos y cuñado.        

Piedra partida ubicada en la que
fue la propiedad
de Anne Hutchinson,
hoy en pleno Manhattan

            Su expulsión de Boston fue acompañada por un grupo de cerca de 60 seguidores que se establecieron, como dije, en Rhode Island. Pero unos años después, luego de enviudar, Hutchinson siente que la creciente colonia de Boston podría llegar a controlar Rhode Island y decide trasladarse más lejos del alcance de sus persecutores. Se traslada a la colonia holandesa de Nueva Amsterdam, hoy pleno centro de Manhattan, donde la enorme piedra partida que distinguía su terreno aun se puede observar entre las avenidas y rascacielos. Lamentablemente, al poco tiempo de llegar murió durante un ataque de nativos en 1643. Esa colonia que abarcaba desde la Virginia al sur hasta el lago Ontario al norte y el río Connecticut al este era célebre por su tolerancia, diversidad de fe y diversidad étnica, característica que perdura en la región hasta nuestros días.

            Así que la verdadera tolerancia y libertad religiosa que tanto caracterizó a los Estados Unidos desde su concepción como colonia hasta nuestros días y que dio lugar al tema de estudio de este libro, no arranca con los peregrinos llegados a Massachusetts, como simpáticamente enseña la mayoría de las historias oficiales, sino con los sufridos disidentes de esos primeros peregrinos, muy poco difundidos entre el público general. Y en nombre de esa libertad religiosa, las propuestas más absurdas o descabelladas surgieron justamente en esas tierras prometidas donde cada uno tenía la libertad de expresarse como quisiera y practicar las creencias de su gusto. Esto no era algo general, como vimos, sino privilegios modernos que existían en algunas regiones del nuevo continente, como eran en Europa, y que felizmente se fueron extendiendo al resto de las colonias inglesas con el tiempo. En el próximo capítulo vamos a ver otro experimento similar al de Roger Williams pero ahora en una región mucho más extensa que la diminuta Rhode Island.

 



[1] Timoteo I: 2:12