domingo, 31 de enero de 2021

LAS CREENCIAS EN EL CENTRO DEL PODER

 Introducción

    El emérito economista argentino Aldo Ferrer, en su obra más destacada "La Economía Argentina", que se convirtió en lo que yo llamo un "libro evolutivo", explica con mucha rigurosidad la historia de occidente desde las entrañas mismas del medioevo en adelante. Lo hace para poner en un correcto contexto la historia de la economía argentina. Y lo llamo evolutivo porque la primera edición fue publicada en 1963, pero sucesivas reediciones fueron agregando capítulos a la historia hasta llegar a las últimas ediciones ya muy entrado el siglo XXI donde Ferrer analiza el presente y el futuro cercano con su habitual maestría. Ahí se explica, entre muchos otros temas, la enorme diferencia de evolución de las sociedades en Canadá y Estados Unidos respecto del resto del continente hacia el sur. Y lo atribuye a la diferencia conceptual de las colonizaciones producidas desde Inglaterra y el norte de Europa respecto de las del sur: España, principalmente, pero también Portugal y luego las corrientes migratorias italianas y de medio oriente. Y cuando quise analizar como evolucionaron las creencias y la influencia de las iglesias en los nuevos territorios, también me aparecieron diferencias fundamentales entre unos y otros procesos.

    España, la primera potencia europea en poner pie en América, era gobernada por los Reyes Católicos que le dieron al propio Estado una definición religiosa íntima. Tan es así, que las órdenes religiosas españolas del momento dependían del Rey y no del Papa. Solo los jesuitas dependían del Vaticano y no del monarca español, razón por la cual los conflictos eran permanentes, hasta su definitiva expulsión de todas las colonias españolas en 1767.

     Las campañas colonizadoras provenientes de España venían con la autorización de la corona, con la obligación de promover y difundir la fé católica y trayendo consigo los correspondientes curas y monjes encargados de las tareas. Para 1517, se produce la Reforma Protestante y la Iglesia Católica se cierra sobre sí misma. Para ese año, acababa de asumir como Rey de España Carlos V, un alemán que era Archiduque de Austria, miembro de la corte holandesa y poco tiempo después (1519) se convertiría en Emperador del Sacro Imperio Romano, "imperio" que se consideraba el legítimo remanente de aquel glorioso imperio romano que se negaba a desaparecer. Pavada de superposición de cargos públicos para Carlos V, cuyo poder fáctico dependía exclusivamente del poder de fuego de sus ejército y de la diplomacia y habilidad para el casamiento. Y así termina como Rey de España. Pero como Alemania fue el ombligo de la Reforma, Carlos V debió hacer un malabarismo muy cuidadoso para que no colapse su poder bajo tan distintos reinos que de él dependían. Confieso que nunca logré hacer coincidir las diversas fuentes consultadas al respecto de esta contradicción que evidentemente la manejó con mucha discreción porque muy poco se explicita en los textos que pude consultar. Pero sabemos que en Alemania, Carlos V permitió a los distintos condes decidir cómo manejar sus condados con total libertad religiosa: unos abrazaron a la Reforma, otros siguieron fieles al Papa de Roma. En España, en cambio, debía asumir un rígido rol de rey Católico e incluso seguir aplicando con entusiasmo la Santa Inquisición, institución que ya llevaba más de 3 siglos. Sin embargo, el autor santiagueño Bernardo Canal Feijoó, cuya obra mi padre desmenuzó en detalle, descubrió, leyendo cuidadosamente las actas fundacionales de varias ciudades argentinas y de la región, que Carlos V tenía una agenda muy disimulada tendiente a esparcir ideas reformistas por el continente, en apariencia, tan puramente católico. Quiero recordar aquí que el saqueo de Roma del año 1527 (aclaro el año porque saquear Roma fue un deporte milenario, hubo decenas), fue por un conflicto entre el Papa Clemente VII, que apoyó a Francia y otros países en un intento por menguar el poder del Sacro Imperio y sus aliados, fue promovido por Carlos V y terminó en gran victoria para él. Y participando de esa campaña militar había un personaje de absoluta confianza del rey: Francisco de Aguirre. Podemos intuir algún conflicto aquí entre el rey español y la Iglesia Católica Apostólica "Romana".

Fundación de Santiago del Estero

       Francisco de Aguirre se sumaría a la aventurera campaña de Pedro de Valdivia y participará de la fundación de Santiago de Chile. El los papeles, Valdivia consiguió una cierta cantidad de tierra, por entonces desconocida por las autoridades americanas estacionadas en Lima, y decidió plantar bandera en uno de sus extremos para asegurar el área. Y ese proyecto incluyó la fundación de una ciudad en el extremo geográfico de la región concedida a Valdivia. Así, Aguirre cabalgó desde Santiago de Chile hasta la latitud correspondiente, dobló al este, cruzó Los Andes vaya a saber cómo, y siguió caminando hasta la longitud indicada. Allí encontró los restos de la expedición de Juan Nuñez del Prado, que unos años antes habían intentado fundar por segunda vez -luego de la fracasada misión de Diego de Rojas- y sin mayor éxito la Cuidad de Barco. Aguirre lo destituyó, se nombró gobernador de la región y, con toda la solemnidad que el momento indicaba, fundó una ciudad que, con poco esfuerzo imaginativo, llamó también Santiago. Y así se fundó la primera ciudad en territorio de la hoy Argentina: Santiago del Estero. Las expediciones de Rojas y Nuñez partieron de Lima, baluarte del catolicísimo. Aguirre, partiendo de Santiago de Chile, sostiene Canal Feijoó, tenía ideas reformistas. Esto se nota en el acta de fundación de la Capitanía de Chile, que a diferencia de las poblaciones de raíz católica, donde se entregaba en posesión de los conquistadores a las poblaciones indígenas para su trabajo esclavo, aquí se entregaban tierras a los colonos para que ellos mismos la labraran, en una política más parecida a las aplicadas en las colonias inglesas del norte.

     Unos años más tarde se funda Tucumán. Diego de Villaroel, que había fundado la estratégica Potosí, era sobrino de Francisco de Aguirre y debemos intuir que compartía sus ideas, tanto públicas como las ocultas. Aquí, para mi punto de vista, se explica la saña y vehemencia en la obligación de no dejar casa o edificio en pie durante su posterior traslado a cargo de Mate de Luna y Salas y Valdez a su actual emplazamiento. Y para cerrar estos comentarios locales, hago notar que Francisco de Aguirre fue juzgado y encontrado culpable por "crímenes contra la fe". Cumplió una condena y regresó luego a la gobernación de Tucumán. Pero en el interín se estableció un tribunal de la Santa Inquisición en el continente y sus enemigos lograron detenerlo nuevamente y juzgarlo en el nuevo tribunal. Luego de años de cautiverio fue hallado culpable y obligado al destierro, pérdida de posesiones y luego de un lustro más de prisión regresó ya anciano y endeudado a La Serena, ciudad que había fundado de camino a Santiago del Estero la primera vez. Resumiendo: algunos héroes de la conquista y partícipes de la creación de nuestro país, y respondiendo al rey Carlos V terminaron presos de la Inquisición por crímenes contra la fe. Evidentemente, como señalaba Canal Feijoó, había alguna agenda que molestaba mucho al poder católico establecido oficialmente en el continente. Aquí se impuso una única religión y siguiendo pautas muy estrictas, castigos a los que sacaran el pie del plato y expulsión de órdenes religiosas molestas a la corona española.

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Roger Williams
     Ahora cambiemos de hemisferio. Los primeros colonos que llegaron al territorio de los actuales Estados Unidos no venían como expedición oficial. Eran individuos privados y viajando a sus expensas y huyendo de los conflictos religiosos originados en Inglaterra en 1535 cuando se establece la Iglesia Anglicana. O sea, llegaron a tierras desconocidas y lejos del alcance del rey para ejercer sus libertades religiosas. No podía ser un cuadro más diferente. No estoy diciendo que había libertad total, para nada. Pero había tierra suficiente para establecer distintos criterios en diferentes lugares, algo que no se pudo lograr en Sudamérica. Los más célebres colonos, los que arribaron a Plymouth a bordo del Mayflower y que luego formarían la colonia de la Bahía de Massachussets, los llamados puritanos, no eran muy tolerantes que digamos. Ellos creían pertenecer a un selecto grupo de elegidos que serían salvados y el resto de la humanidad sería condenada. No sabían reconocer exactamente las señales que indicaban su salvación así que vivían en constante angustia espiritual. Y eso los convertía en muy sectarios e implacables. (Recordemos los juicios de Salem de 1692-3). Establecidos en 1620 los primeros 80 y pico de colonos, pronto se hicieron 400 con nuevos arribos y para 1630 ya eran cerca de 20000. No había libertad de credo entre ellos. Los puritanos, llamados "separatistas" por las autoridades de la iglesia anglicana, no estaban en realidad enfrentados con esa iglesia, sino estaban desconformes con las reformas introducidas por Isabel I, la hija de Enrique VIII, creador de la iglesia. Los puritanos podemos llamarlos hoy una corriente interna extremista de la iglesia anglicana que cayeron en desgracia con las autoridades. Eso llevó a que se trasladaran en 1609 a Holanda y desde ahí organizaron la célebre travesía hacia América en 1620. Pero creían, como los anglicanos, que la religión y el estado debían tener un vínculo estrecho. Y como tales, eran intolerantes a visiones diferentes o expresiones de libertad de fe. Esto los llevó a expulsar de su comunidad en 1636 al cura y teólogo Roger Williams por sus visiones. Se tuvo que trasladar al sur y fundó las Plantaciones de Providence, que luego se transformarían en la colonia de Rhode Island. Ahí estableció la primera región con total libertad de credo: quiso prohibir la esclavitud, decidió la ruptura formal de su iglesia con la Iglesia Anglicana y fundó la primera iglesia Baptista del nuevo continente. Recordemos que la colonización española ya llevaba más de un siglo. Así que las primera iglesias establecidas en la región de Estados Unidos fueron católicas, en lo que es hoy Florida y New México.

     Pero las ideas de libertad de credo, inauguradas en Rhode Island, se replicarían luego en Delaware y en particular en Pennsylvania, tema que abordaremos en el siguiente capítulo. Con esta introducción quise exponer un pantallazo de las distintas filosofías aplicadas durante el largo proceso de colonización del continente y la semilla que daría forma a las 13 colonias que luego en el siglo XVIII se independizarían de Inglaterra dando nacimiento a la primera democracia moderna de occidente. Y cómo esa arquitectura institucional, tanto colonial como luego nación independiente, fuera el caldo de cultivo ideal para una cantidad de credos, instituciones, sectas y visiones de fe originales y extremas, que hoy están difundidas por todo el mundo ejerciendo distintos grados de poder político, económico, psicológico y espiritual sobre millones de personas. Espero que les guste.

 

Bibliografía: (parcial)



Acta de la Fundación de Buenos Aires. El arcón de la historia argentina. https://elarcondelahistoria.com/

Acta de la Fundación de Tucumán. Pablo Carrera, presbítero. Revista de la Universidad de Córdoba. Año 5. N° 2. Abril de 1918

America - A history of the people. Richard Morris - William Greenleaf - Robert H. Ferrell. Rand McNally & Company. Chicago 1971

Bernardo Canal Feijoó o la Pasión Mediterránea. Octavio Corvalán. Universidad Nacional de Santiago del Estero. 1988

Descubrimiento y población de Tucumán y de Cuyo. http://www.portaldesalta.gov.ar/

El saco de Roma. André Chastel. Editorial Austral. 1990

English Colonization of North America. Louis B. Wright - Elaine Fowler. Documents of Modern History. St. Martin's Press. NY- 1968

Francisco de Aguirre - Biografía. Real Academia de la Historia. Dbe.rah.es

Fundación y frustración en la historia argentina. Bernardo Canal Feijoó - Juárez Editor - Bs As. 1977

Historia de la Conquista del Perú. William H. Prescott. Editorial Schapire SRL. Buenos Aires. 1967

La Ciudad de Ibatín. Teresa Piossek Prebisch. Ediciónes Magna Publicaciones. Segunda Edición. Mayo 1999

La economía argentina.  Aldo Ferrer. Fondo de Cultura Económica Editor. 1997

Main Problems in American History. Howard H. Quint - Dean Albertson - Milton Cantor. University of Wisconsin. 1964

People and Ideas - Early American Groups: The Pilgrims - pbs.org

Roger Williams. Biografía. Wikipedia

The Mind and Spirit of Early America. 1607-1789. Richard Walsh - compilador. Georgetown University. Meredith Corporation. 1969.

The United States of America. A History. Henry Bramford Parkes. Alfred Knopf Publisher. NY 1958

viernes, 8 de enero de 2021

YO SOY LA LUZ

Alguna vez comenté en un artículo el curioso paralelismo que Carl Sagán saca a relucir al comparar el castigo divino impuesto a las mujeres en el Génesis, por ser Eva la instigadora del pecado original. "En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos" (Génesis 3:16). Y Sagan lo explica por la naturaleza del pecado en sí: alimentarse del arbol de la sabiduría expandió la cabeza a los humanos de tal manera y en tan poco tiempo que el resto del cuerpo de las mujeres no pudo adaptarse a la misma velocidad y todavía hoy están en proceso de alcanzar la fisionomía necesaria y por ende aún siguen "pariendo con dolor". A idéntica conclusión llega Noam Chomsky desde la lingüística. Algún día volveré a ese tema más extensamente.


Hoy quiero referirme a otro paralelismo entre las ciencias duras y las escrituras -aclaro que es un antojo mío, un ejercicio intelectual surgido de un capricho, y para nada buscando polémicas, bajadas de línea o justificando tal o cual creencia- que puede explicar un rasgo inexplicable y que obliga a un gran salto de fe entre los creyentes y es uno de los argumentos preferidos de los agnósticos, como es mi caso, y en mayor medida los ateos.

Y el es tema de la eternidad de Dios (no refiero a un versículo en particular porque hay como mínimo 35 que refieren a la eternidad de Dios). ¿Cómo es posible que haya existido siempre? ¿Qué no haya tenido un principio? ¿Quién lo puso ahí? No me entra en la cabeza que algo haya existido por siempre. Son algunas de las preguntas y afirmaciones que se escuchan respecto a este tema. Y sin embargo, no es algo demasiado complicado explicar. Y aquí entra la física. Física cuántica para ser más preciso.

Aquí la clave la da el propio Jesús, hijo de Dios y que comparte sus características. A pesar que algunas vertientes actuales que se arrogan entender la Biblia mejor que otros, sostienen que Jesús tuvo un principio, la noción aceptada por la gran mayoría de cristianos y estudiosos de las escrituras es que Jesús también estuvo siempre y que es "eterno". Veamos qué nos dice en Juan 8:12: "Yo soy la luz del mundo".

Y aquí nos tiró un centro a todos para un hipotético cabeceo mucho antes de estar en condiciones de hacerlo. Veamos: Max Planck propuso a principios del siglo XX que la energía almacenada en un cuerpo se componía de un múltiplo entero de una cierta magnitud de energía, o "cuanto". O sea, la energía estaba compuesto por un número entero de "unidades discretas" de energía. Sobre esta base, que dio comienzo a la mecánica cuántica, Albert Einstein basó su teoría que sostenía que la luz también se componía de múltiplos enteros de una determinada unidad elemental de energía. Y más tarde en 1926, Gilbert Lewis bautizó a esa unidad de energía de luz como "fotón". 

El fotón es una partícula elemental y que responde a esa dualidad tan fascinante de partícula/onda (que pueden ver en mi traducción del video de Jim Al Khalili https://www.youtube.com/watch?v=tINdW7FvJsE).

Este fotón se entiende como la partícula elemental de luz. Dentro de un rango de frecuencias aptas para el ojo humano, pero no excluyente. Y el fotón se propaga a la velocidad de la luz. Al que permanence despierto le parecerá de perogrullo esta afirmación, estamos hablando de luz, precisamente.

Ahora, si Jesús es luz, está compuesto por un número entero de fotones. Y si los fotones se mueven a la velocidad de la luz, hay una ley física que define lo que se llama "dilatación" del tiempo, y no es otra cosa que la escala en que su tiempo transcurre respecto del tiempo de una persona que está en un marco de referencia cualquiera, todos nosotros digamos. Y entonces, ¿cuánto tiempo transcurre para Jesús su tiempo respecto del nuestro? La ley física que define esto es la siguiente: la proporcionalidad entre un tiempo y otro lo define el índice 1/√(1-v2/c2). Aclaro para sortear las limitaciones de FB: El denominador de esa ecuación es 1 menos un cociente que refiere a v, la velocidad del individuo en cuestión, al cuadrado respecto o divido por c, la velocidad de la luz también al cuadrado. Pero si nuestro sujeto se desplaza justamente a esa velocidad por ser luz, el cociente último se vuelve 1. Y 1 menos 1 es cero. Y si intentamos dividir por cero eso nos da infinito. O sea, el tiempo para Jesús es infinito: no tiene ni principio ni tiene fin.


Y esta propiedad no es exclusiva, para desilusión de los creyentes. Para un fotón, unidad de luz, que partió del Big Bang y que vemos aun hoy, 13700 millones de años después como radiación de fondo cósmico, todo ese largo período de tiempo se produjo en un solo instante, ya que para él el tiempo no transcurre. Es eterno, al igual que Jesús.

Así que la respuesta para el misterio de un Dios eterno está incluida en el propio libro que plantea el misterio, tal cual estructuraba sus cuentos Sir Arthur Conan Doyle.